Son muchos los estudiantes que cada año van a estudiar el año escolar en Canadá y que tienen mucho que contar sobre su experiencia como estudiantes internacionales. Por ello, empezamos esta sección en nuestro blog en la que vamos a hacer entrevistas a ex-estudiantes que fueron a disfrutar de un año académico en Canadá con Travel & Tuition. Queremos que ellos rememoren uno de los mejores años de sus vidas y que puedan motivar y animar a futuros estudiantes a emprender la gran aventura canadiense. Hoy os traemos la de Andrea Galar, que nos escribe desde la nostalgia y el cariño de su año en Vernon, BC. Y tú, ¿te animas? ¡Cuéntanos!
Estudiar en Canadá es indescriptible, la palabra que más se asemeja a mi experiencia es impresionante. Me sorprendió el país y la gente desde el primer momento, desde la cultura canadiense, hasta las maravillosas vistas. Estudiar allí fue impresionante, mejoré un idioma que creía dominar, conocí mucha gente de distintos países, y aprendí su cultura. Hice cosas que jamás pensé que acabaría haciendo, y sobre todo; maduré mucho como persona.
De esta experiencia he aprendido muchas cosas, desde cómo hacer amigos nuevos, sacarme las castañas del fuego, hasta aprovechar cada una de las oportunidades que tienes. Aprendí a apreciar cada momento, pero sobre todo; a vivir día a día. Aprendí que hay que aprovechar cada oportunidad que se tiene. Que nunca sabes cuando vas a conocer a gente que aparezca en tu vida casi de casualidad y luego venga para quedarse. A veces, aunque no nos apetezca mucho hacer algo, si lo hacemos, podemos descubrir algo nuevo e incluso nuestra experiencia puede cambiar. Me acuerdo que una vez, me invitó una amiga canadiense a tomar un café con ella y una amiga suya, al principio no me apetecía; pero decidí ir. Ese día, más amigas suyas aparecieron y conocí a mucha gente. Desde ese día, me empecé a juntar mucho con ellas, y a día de hoy, más de 2 años más tarde, sigo en contacto con ellas y nos hemos visto varias veces.
Los institutos en Canadá, en mi opinión; son muy buenos, están muy bien estructurados y te dan la posibilidad de descubrir distintos campos, lo que es muy útil para descubrir qué estudiar en la universidad. En mi instituto, el año escolar se dividía en 2 semestres, cada uno estaba compuesto de 4 asignaturas. Hay asignaturas que son necesarias para la graduación, que tienes que tener desde grado 10 hasta grado 12 (equivalente a cuarto de la ESO y segundo de bachiller), estas asignaturas incluyen inglés, planificación y matemáticas. Yo cogí muchas asignaturas de ciencias, por ejemplo, pero había muchas opciones. Si que es cierto, que noté que el nivel era más bajo que en España, sobre todo en matemáticas. Me acuerdo que había la posibilidad de coger fotografía, cocina, un tipo de educación física que era más tipo montañismo, banda de música… Asignaturas muy variadas, la verdad. Eso es una de las cosas que más me llamó la atención cuando decidí estudiar en Canadá.
Hay mucha diferencia entre los institutos canadienses y los españoles, la mayor de ellas viene a ser la posibilidad de elegir asignaturas. En España todo está más marcado, no tienes opción de elegir optativas, y si es el caso, tienes muy pocas opciones. Por ejemplo, si estás en la rama científica, tienes ya las asignaturas elegidas para ti, no decides mucho. Sin embargo en Canadá, puedes hacerte tu planificación de asignaturas, eligiendo las que quieras, según tu interés. Una de las cosas que más me chocó al llegar allí, aparte de poder elegir asignaturas, fueron las taquillas y el hecho que tú vas a clase del profesor, no estás todo el rato con la misma gente, de manera que al final acabas conociendo a muchas personas.
Para mi hacer amigos internacionales fue más fácil que conocer a canadienses, básicamente porque todos los internacionales están igual que tú. Están en otro país, hablan otro idioma, y muchas veces tampoco conocen a nadie. Al final, son los que están viviendo lo mismo que tú, y los que más te van a entender. Poco a poco, se me acabó haciendo muy fácil el hecho de hacerme amigos canadienses, si que es cierto, que ellos están en su casa, tienen los mismos amigos desde hace mucho tiempo, por tanto muchas veces no muestran interés por los internacionales, dado que todos los años va gente nueva a su instituto. La clave está en ir a hablarles, son muy simpáticos, y si les hablas tú, será muy fácil hacer amigos. Con los internacionales es muy fácil hacerse amigos, el primer día de instituto ya se forman grupos de estudiantes internacionales, ya que sale natural juntarte con gente que está en la misma situación que tú.
Definitivamente he mejorado mi nivel de inglés, llegué y no me costaba mucho entender las clases o a la gente, pero sí me costaba a veces que me entendieran. Llegué a Canadá con un nivel intermedio-alto, y noté mucha mejoría, sobretodo a la hora de hablar. En ningún momento me plantearía no irme a estudiar fuera por creer que tengo un nivel muy bajo de un idioma, al final estás allí, conoces otra cultura, y vas practicando el idioma, y aunque no lo parezca, mejora muchísimo.
Vivir con una familia al principio es un poco extraño, estás acostumbrado a estar en tu casa, tienes tu rutina y puede que no tengas las mismas normas. Poco a poco los vas conociendo, sabes qué puedes hacer y qué no, y te adaptas a sus costumbres. No todo es perfecto, hay veces que hay desacuerdos, pero eso pasa hasta cuando estamos en nuestra casa. Pero al final todo se arregla, puede haber choques culturales incluso, pero todo mejora. La mayoría de los problemas ocurren por una mala comunicación o falta de la misma.
Lo que más me ha gustado de mi experiencia, sin lugar a duda ha sido la gente que he conocido. He estado con gente de muchos países, he conocido parte de su cultura y eso me ha abierto mucho la mente. Algo que me gustó mucho y que echo mucho de menos es la sensación de libertad, de nunca saber qué va a pasar al día siguiente, porque ningún día es igual. Me cuesta pensar en qué es lo que menos me ha gustado la verdad, pero diría la comida o la lluvia. La comida no era mala de sabor, pero sí que echaba de menos la comida española a veces.
Aunque no todo fue perfecto como en las películas y muchas veces todo era como una montaña rusa, lo volvería a hacer. Mil veces más. Repetiría todo. Incluso lo malo, las situaciones difíciles. Porque al final la vida no es simple, siempre hay percances, y es lo que nos hace crecer y madurar. A día de hoy, si hay algo de lo que me arrepiento es de no aprovechar al máximo cada día, pero repetiría esa aventura mil veces.
Mi consejo para futuros estudiantes es simple, aprovechar el tiempo y sobre todo cada oportunidad. Parece que el año va a pasar despacio, y aunque a veces lo parezca, el año se acaba muy rápido. Aprovechar el conocer mucha gente, el hacer cosas distintas, cosas que igual nunca pensasteis hacer. Aprovechar las oportunidades, nunca sabes qué puede pasar, y sobre todo, hacer de todo, lo que peor puede pasar es arrepentirse cuando es tarde. ¡Aprovechar, disfrutar y aprender mucho, sobre todo de la gente!