Muchas veces el mes de diciembre es buen momento para reflexionar sobre el año que hemos pasado. Hacer un poco de análisis para darnos cuenta de donde estábamos hace un año, dónde estamos ahora y cómo hemos llegado hasta aquí.
Por nuestra mente pasa todo lo que hemos vivido como si fuera una película: lo que hemos hecho, lo que hemos sentido, lo que hemos querido y el resultado. El final del año es momento de hacer balance, de lo positivo y de lo negativo, ya que una parte sin la otra no existiría. Lo negativo es lo que nos hace darnos cuenta de lo buenos que llegan a ser los momentos positivos.
Y mucho más este año que nos ha tocado vivir. Un año extraño, difícil para todos. Un año que se ha hecho lento pero a la vez ha pasado volando. Un año en el que sin duda hemos tenido que aprender a adaptarnos con rapidez, a tener paciencia y a darnos cuenta de lo valiosos que son los pequeños momentos que la vida nos ofrece y que, este año, muchos nos han faltado.
En este post queremos hacer una reflexión desde la parte que nos toca a nosotros como Travel & Tuition: cómo hemos tenido que adaptarnos como equipo, y cómo se han adaptado nuestros estudiantes y sus familias. Porque si de algo servirá este año, es para seguir adelante con más fuerza y no torturarnos con aquello que no logramos.
Índice
El verbo “Adaptar” se describe como verbo pronominal, adaptarse, y tiene el siguiente significado: Modificar [un ser vivo] alguna de sus características o tener unas características que le permiten desarrollarse en un lugar o situación distintos a los originales o idóneos.
En marzo tuvimos que dejar corriendo nuestra oficina, coger todo lo que necesitábamos del que era nuestro segundo hogar para llevárnoslo cada uno a sus respectivas casas. Se hablaba de un posible confinamiento de un par de semanas, pero no sabíamos lo que realmente nos iba a caer, y lo mucho que tendríamos que adaptarnos.
Las semanas de confinamiento se fueron alargando y con ello las fronteras permanecían cerradas, siendo muy complicado organizar la vuelta de los estudiantes que teníamos en Canadá. Muchos de ellos pasaron el confinamiento allí, con sus familias de acogida, ya que la situación estaba mucho más controlada en Canadá que aquí en España.
Mientras, nosotros desde aquí, intentamos amenizar la situación con los padres, teniendo reuniones semanales para comentar las novedades que nos llegaban de la embajada, de Aseproce, del gobierno canadiense, de cada uno de los distritos escolares y demás... También hicimos directos de Instagram con estudiantes en Canadá para que nos contasen su experiencia, directos donde Bea nos hacía cocinar y nos ponía patas arriba con sus clases de fitness para pasar el confinamiento más entretenidos… ¡Menuda lluvia de ideas hicimos!
Cuando estalló la crisis del Covid-19 en marzo muchos de nuestros estudiantes seguían cursando su año académico en Canadá o una estancia escolar en Irlanda. Algunos quisieron volver en aquel momento, antes de dejar pasar más tiempo, aunque nosotros recomendamos en todo momento que lo mejor sería que pasasen allí el confinamiento, ya que veíamos que las restricciones eran mucho menores que las que teníamos aquí en España.
Y así fue, allí tuvieron mucha más libertad. Cada provincia impuso sus propias restricciones, pero en general no fue un cierre absoluto como aquí. Muchos nos enviaban fotos pasando momentos con la familia, cocinando o grabando TikToks. En algunos casos, podían ir al parque o salir a pasear, aunque a todos les cerraron los colegios y tuvieron que seguir sus clases en formato online.
A pesar de ello, Canadá cerró fronteras, y fue algo complicado encontrar vuelos de vuelta para todos los que allí se quedaron, ya que todos los vuelos que reservamos, los iban cancelando días antes. Trabajamos conjuntamente con Maria Antonia, una gran profesional de la agencia Viajes Andrómeda, nuestro distribuidor de vuelos con el que llevamos muchísimos años trabajando. La mayoría de padres habían reservado los vuelos con ellos, así que ella se encargó de toda la gestión y ayudamos también a aquellos que viajaban por su cuenta, para intentar hacer uno o dos grupos de estudiantes de vuelta y que viajasen juntos.
Finalmente pudieron volver todos, en 2 ó 3 viajes a finales de junio. Todos regresaron felices de haber pasado allí ese tiempo y haber alargado hasta junio su experiencia. Aunque la situación fuera complicada, no dejaba de ser una experiencia enriquecedora en el extranjero, en la que practicaban el idioma las 24 horas.
Marina y Lidia con su familia de acogida durante el confinamiento
Para poder explicar mejor lo que ellos vivieron, le hemos preguntado a Nerea, alumna del año escolar en Canadá 2019/20. Nerea estuvo en el distrito escolar de Victoria, en la provincia de British Columbia, y justo estalló la crisis del Covid19 a pocos meses de su regreso. Nerea nos habla desde la sinceridad, a sus 16 años, de tener que afrontar esta situación en un país que no es el tuyo, en una familia que no es la tuya pero siendo fuerte y valiente y no desistiendo frente las adversidades:
La verdad, sí. Sólo veía a todos mis amigos volver a sus países y no podía siquiera quedar con los que no regresaban. En ese momento, lo que más me apetecía era estar con mi familia. Aún así, al hablar con ellos, y, aunque obviamente también querían estar conmigo, pensaban que era mejor que me quedase en Canadá puesto que las cosas en Madrid estaban muchísimo peor que en Victoria. Por lo que al final entendí que realmente lo mejor era quedarme, y no me arrepiento de nada.
No estábamos confinados como en España. Ni siquiera teníamos que llevar mascarilla por la calle, sólo cuando entrábamos a ciertos lugares. Podíamos salir, pero como estudiantes internacionales las normas eran que sólo con nuestra familia o solos pero con su permiso.
Tuve que cambiarme de familia, y con ellos hice un montón de cosas: puzzles, baking, veíamos series, pelis, jugábamos a juegos de mesa, hacíamos deporte juntos e incluso íbamos de paseo, y llegaron a llevarme a algunos lagos y playas también, por lo que no me aburrí. En general, me sirvió sobre todo para conocer mejor a mi nueva familia y estrechar una muy buena relación con ellos.
Las cosas no siempre salen como se espera, y muchas veces dan un giro que, aunque parezca que está yendo a peor y se te cierren muchas puertas, también te abre muchas otras. Es decir, si no hubiese habido COVID, no habría conocido a mi segunda familia, que realmente me marcó y a los que cogí un cariño increíble y con los que compartí experiencias inolvidables. Este año, además, me ha enseñado a ser más independiente y enfrentarme a muchas situaciones dando yo el paso por mí misma.
Esperemos que estas líneas os animen para afrontar este año que entra y no tener miedo a los retos que están por llegar. Es momento de recapacitar sobre lo vivido y de sacar las mejores conclusiones de este año tan difícil.
Queremos seguir ayudándoos a cumplir vuestros sueños y que viváis experiencias únicas, ya sea para estudiar al extranjero, un campamento de verano o buscando oportunidades para estudiar y trabajar en Canadá. ¡No queremos dejar de soñar! Nosotros nos despedimos aquí, pero como ya sabéis, siempre estamos disponibles si necesitáis hablar con nosotros.
Ah, que nos lo dejábamos...¡Felices fiestas y feliz entrada de año 2021!