Canadá se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los estudiantes españoles para estudiar ESO o Bachillerato.
La posibilidad de adaptar los requerimientos del destino a la personalidad y preferencias de los participantes en los programas de año escolar o inmersión, unido a la alta calidad del sistema educativo canadiense han sido, sin duda, factores determinantes de su popularidad.
Aún así, la experiencia de estudiar en Canadá no está exenta de retos para quienes se animan a vivir esta experiencia vital.
Te explicamos algunos de los principales retos a los que se enfrenta un estudiante de año escolar en Canadá:
Los programas de estancia escolar en Canadá en colegios públicos cuentan con las familias anfitrionas como uno de los elementos clave para que la experiencia sea un éxito y una oportunidad de crecimiento personal incomparable.
Para nosotros, nos guste o no, las familias anfitrionas tienen el 99% de responsabilidad en esta tarea. El correcto desarrollo de las relaciones interpersonales de nuestros hijos son, en esta etapa de su crecimiento, un factor fundamental que determinará su futuro. Por este motivo las familias anfitrionas juegan un papel determinante en estos programas.
La cultura canadiense concede autonomía a los jóvenes desde muy temprana edad. Desde los 14 años muchos jóvenes canadienses ya trabajan en restaurantes y tiendas. Un ejemplo gráfico: en Grado 10 (4º de la ESO) se imparte en los colegios de British Columbia la asignatura ‘Planning 10’ cuyo objetivo es enseñar a los jóvenes a ser autónomos en la administración de su propia economía. Planning 10 juega un papel tan importante que es una asignatura imprescindible para poder graduarse y acceder a la universidad en Canadá.
Los estudiantes de año escolar deben aprender a planificarse con tiempo teniendo en cuenta las costumbres de sus familias anfitrionas. Las familias canadienses conceden autonomía a los jóvenes confiando en la responsabilidad y madurez de estos para gestionarla correctamente. Por ejemplo, si un estudiante sabe que se quiere apuntar a una extraescolar que finaliza un poco tarde y la familia le tiene que recoger, es fundamental que el estudiante se anticipe y hable sobre el tema en casa con antelación para poder organizarse y ver la mejor forma de llevarlo a cabo.
Las familias canadienses, a diferencia de la mayoría de familias españolas, no tienen la costumbre de hacer todas las actividades de tiempo libre en familia (es decir, no van en pack). En Canadá, igual que en otros países como EEUU, es muy habitual que cada miembro de la familia dedique tiempo de forma autónoma a sus aficiones. No se percibe como extraño que cada integrante de la familia tenga un plan diferente (al contrario, se concibe como algo positivo y enriquecedor).
En definitiva, un estudiante de año escolar debe aprovechar este año para aprender a gestionar su independencia teniendo en cuenta a otras personas que están en su día a día.
Como en todos los hogares, cada familia tiene sus costumbres y sus horarios establecidos. A pesar de la autonomía que tiene cada integrante de la familia, es importante respetar estos horarios. Las cenas, por ejemplo, se convierten en uno de los momentos más importantes del día para compartir con la familia anfitriona.
Es imprescindible que los estudiantes se organicen su tiempo libre teniendo en cuenta la disponibilidad de su familia para llevarlo y recogerlo cuando sea necesario.
Del mismo modo que el sistema educativo canadiense es muy distinto al español, la organización de éste también es totalmente distinta a la de aquí. Es por este motivo que los estudiantes deben tomar el control sobre su año escolar e ir ellos a por la información.
En Canadá debe ser el estudiante quien escoge las asignaturas que quiere estudiar y se planifique el horario escolar. En Canadá no lo dan todo masticado. Planificación y organización son dos habilidades fundamentales que los estudiantes deben ejecutar con precisión.
El año escolar en Canadá es un punto de inflexión en la vida de un estudiante. Se encuentra en una situación en la que debe empezar a pensar en su futuro y tomar decisiones. Estas decisiones empiezan en el momento en que escogen las asignaturas del año escolar, ya que enfocan su carrera hacia una dirección.
Los estudiantes deben ser conscientes y consecuentes. Las decisiones las deben tomar únicamente pensando por ellos mismos. A veces, muchos estudiantes toman la decisión que les gustaría a otras personas y se olvidan de tomarla según sus gustos y preferencias.
La familia anfitriona no es el taxi personal de nadie. Los estudiantes deben planificar su vida social para tener en cuenta las facilidades de transporte y la disponibilidad de sus familias en caso de ser necesario. La anticipación será un reto imprescindible para que todo vaya sobre ruedas.
El primer aspecto a tener en cuenta es que en Canadá el clima puede variar mucho según la región y la época del año. En algunas zonas como Calgary, Ottawa o Montreal se pueden llegar a los -20Cº en invierno. Sin embargo, en otras zonas no se suelen superar los 0Cº, como por ejemplo en Vancouver. Pero que no cunda el pánico, en Canadá también existe el verano. Se pueden llegar a sobrepasar los 26Cº en zonas como Ottawa, Toronto y Montreal.
Es esencial que los estudiantes aprendan a responsabilizarse de sus actos y respondan por ellos tanto si las cosas salen bien, como si salen mal. No podemos pensar que todo va a salir siempre bien, y es imprescindible aprender a asumir que a veces las cosas no salen como esperas. Los estudiantes tendrán que aprender a afrontar y adaptarse a situaciones diversas.
¿Y cuál es la conclusión? Que de todo se aprende. Un año académico en el extranjero es una experiencia vital que te va a enseñar muchísimas cosas. Y entre ellas, una muy importante que muchos obvian y olvidan: aprender a conocerse a uno mismo.